Diseños impregnados de pasión, vitalidad, ritmo, luz, fuerza y la alegría de vivir y querer disfrutar de cada instante tomados de la influencia de la Habana. La magia, las calles, ritmos, bailes y las personas y su pasión por la vida, han sido siempre fuente de inspiración para Eulalia de Lucía así como su propia mirada hacia la vida y hacia sí misma, priorizando y abrazando el cuidado y un estilo de vida calmado, sencillo y auténtico.
Toda esta manera de vivir se puede ver reflejada en el pequeño y exclusivo hotel boutique de la Habana : Loma del Angel, un oasis en el medio de la Habana vieja, donde se vendieron los primeros modelos de la marca.
Desde pequeña Eulalia estuvo siempre muy vinculada a la isla por el negocio familiar y ya de adulta, por negocios también, siguió pasando grandes temporadas de su vida en la Habana. Cuba, La Habana, son como Barcelona, un hogar para ella. Su corazón pertenece a ambos lugares y sin duda fue natural y orgánico que la marca surgiera en este lugar.